A la hora de invertir en el mercado inmobiliario, sobre todo a nivel particular, se suele pensar en la vivienda. Sin embargo, existen otros activos muy interesantes. Un buen ejemplo es el de las oficinas, que tienden a ofrecer rentabilidades muy jugosas. De hecho, invertir en oficinas en Sevilla es particularmente atractivo. Según un estudio de Idealista se pueden alcanzar retornos brutos de hasta el 8,5%.
Pero… ¿qué hay que saber para lanzarse a invertir en oficinas con el menor riesgo posible? Como en cualquier otra inversión inmobiliaria, la ubicación es muy importante pero no el único factor. Existen zonas de negocios repletas de oficinas en alquiler o venta, por lo que es importante analizar otros detalles. De eso queremos hablarte hoy.
La localización de una oficina es muy relevante, no se puede negar. Pero a la hora de invertir en este mercado hay que tener buena vista. Si lo que perseguimos es una alta rentabilidad en un plazo relativamente corto, comprar en una zona excelente que nos obliga a pagar un precio muy elevado quizás no sea tan buena idea.
En cambio, adquirir una oficina en una ubicación económica con perspectivas de crecimiento puede alegrarnos en unos años. Se trata de analizar bien cómo evoluciona el mercado y la ciudad en la que vamos a invertir.
Por tanto, aunque la ubicación sea un factor muy importante todo dependerá también del tipo de inversor. Del presupuesto con el que cuente, de cómo espera maximizar su inversión, de en qué tiempo le gustaría hacerlo, de cuántos activos desea manejar, etc.
Otro aspecto que suele generar dudas a la hora de invertir en oficinas es el de en qué estado comprar. De primeras muchos inversores piensan que es mejor comprar una oficina lista para entrar, que adquirir una que necesita reformas. Pero hay ciertos matices que conviene tener en cuenta.
Una oficina que está en perfecto estado tiene la ventaja de que, a priori, no necesitará obras para alquilarse o revenderse. Decimos a priori porque la realidad es que esto no siempre es así. Que una oficina esté bien conservada no significa que quien vaya a trabajar en ella no quiera reformarla. En muchos casos es más una cuestión de estilo, imagen y operatividad, que de verdadera necesidad. Cambiar techos o suelos, instalar equipos de aire acondicionado, realizar separaciones para despachos… Son modificaciones que suelen realizarse sobre oficinas en buenas condiciones de conservación.
Para el inversor, además, una oficina en perfectas condiciones suele ser más cara de adquirir que la que necesita arreglarse. Esto, unido a lo anterior, hace que muchos inversores no se preocupen tanto por el estado inicial de la oficina. Es cuestión de valorar realmente qué reformas harían falta llegado el momento. Cuantificar en la medida de lo posible esos arreglos y pactar con el inquilino el abordaje de las obras que se deban acometer.
Los inversores con más experiencia tienen esto muy claro, pero aquellos que empiezan a invertir en oficinas a veces cometen el error de obviarlo. Nos referimos a los gastos a los que hay que hacer frente cuando se es propietario de una oficina. No estamos hablando de los costes de adquirirla, sino de aquellos que entrarán en juego mientras se posea.
Quizás el ejemplo más claro sea el de la comunidad de propietarios donde se encuentre la oficina. Se trata de un coste fijo y mensual que, además, en ciertos edificios puede ser elevado. El número de ascensores que tenga el edificio, los servicios de mantenimiento contratados, la existencia de un conserje durante buena parte del día… Son factores que influyen directamente en esta cuota.
Por ello es muy importante que, como inversor, tengas en cuenta tanto este como otros gastos que la oficina te generará una vez la adquieras. Esto es especialmente importante si buscas rentabilidad a medio o largo plazo (porque no quieras alquilar, sino revender), ya que tendrás que hacer frente a dichos gastos sin que la propiedad te genere ingresos.
Otros costes que también debes tener en cuenta serán los del IBI, tasa de basuras, seguros… O incluso suministros de luz o agua si por algún motivo debes mantenerlos mientras la oficina esté vacía. Te recomendamos estudiar muy bien todo esto, evitando así sorpresas desagradables.
Teniendo en cuenta lo comentado, lo ideal a la hora de invertir en oficinas en buscar las mejores oportunidades inmobiliarias. No es que sea fácil, por supuesto. Los inversores con experiencia probablemente hayan desarrollado buen ojo, pero aquellos que empiezan necesitarán más ayuda.
Es algo perfectamente lógico, y por eso muchas agencias inmobiliarias se especializan en inversiones de este tipo. Pedir ayuda a un profesional te ahorrará tiempo, disgustos y dinero, no te quepa duda. Una gestión comercial profesional es un claro valor añadido, y por eso los grandes inversores suelen trabajar con empresas especializadas.
Piensa, además, que en empresas como VELCASA tenemos acceso a multitud de propiedades en circunstancias muy distintas. Nuestro objetivo es encontrar siempre el mejor trato para vendedores y compradores. Por eso nuestra labor de agencia se combina con la de gestoría inmobiliaria, aportando a las operaciones todo el soporte técnico, jurídico y administrativo necesario.
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