Si estás pensando en comprar un terreno como inversión, es importante conocer bien los tipos que existen. Sobre todo si tu objetivo es construir, las diferencias entre suelo rústico y urbano son notables, y no debes pasarlas por alto.
Desde VELCASA hoy queremos asesorarte en este tema, para que tu inversión inmobiliaria vaya sobre seguro. Por eso, si estás pensando en adquirir un terreno debes tener en cuenta sus características. La primera de ellas sería conocer cómo está catalogado dicho suelo.
Qué tipo de suelo necesitas para tu inversión
Lo primero que debes tener claro es tu objetivo de inversión. Ten en cuenta que, dependiendo de para qué vayas a utilizar dicho terreno, te servirán unos u otros.
Para ello debes tener en mente tres categorías de suelo: suelo urbanizable, suelo urbano y suelo no urbanizable. Este último es al que también llamamos rústico.
Hoy nos vamos a centrar en los dos últimos, para que conozcas las diferencias entre suelo rústico y urbano. Diferencias importantísimas que debes conocer bien antes de cualquier operación de compraventa. Y, sobre todo y como decíamos antes, de cara a la inversión que planeas hacer. Ya que si, por ejemplo, piensas construir una vivienda, no te valdrá cualquier suelo, por muy de tu propiedad que sea.
Principales diferencias entre suelo rústico y urbano
El suelo urbano es el que se incluye en el plan urbanístico de una ciudad o municipio. Se trata de terrenos que cuentan con todos los servicios urbanos necesarios, o que estén incluidos como mínimo en dos terceras partes de su superficie en zonas urbanas.
A grandes rasgos, para ser catalogado como suelo urbano, los servicios mínimos con los que debe contar son:
- Red de abastecimiento y evacuación de agua
- Suministro de energía eléctrica
- Acceso rodado
Además, en el terreno debe poder edificarse. Es decir, el suelo debe contar con estabilidad y, por supuesto, cumplir la normativa vigente de urbanismo del lugar en el que está situado.
Por su parte, el suelo rústico es el que dispone de alguna característica específica que lo convierte en un terreno protegido, limitando así las construcciones sobre el mismo. El suelo rústico puede estar destinado, eso sí, a usos agrícolas, forestales, ganaderos… También pueden ser suelos catalogados como bien histórico, arqueológico o cultural. Incluso estar destinados al uso de edificios públicos de servicios.
A diferencia del suelo urbano, el rústico no es urbanizable. Por lo tanto, si tu intención era construir en él solo lo podrás hacer si la edificación es para uso agropecuario (naves de aperos, pozos, embalses o albercas…). También existen otros límites, como por ejemplo la cercanía a otras construcciones.
Invierte en suelo rústico o urbano con VELCASA
Como podrás imaginar, a grandes rasgos las diferencias entre suelo rústico y urbano también se ven en el precio. Debido a sus restricciones, suelen ser considerablemente más asequibles los terrenos rústicos que los urbanos. Eso sí, ten en cuenta que el ayuntamiento no está obligado a ofrecer servicios básicos en un suelo rústico… por lo que el desembolso de ciertas necesidades deberá salir de tu bolsillo.
Desde VELCASA te recomendamos que, antes de comprar un terreno, te informes muy bien de cuál es su tipología. Analiza bien las características del suelo, pregunta cualquier duda que tengas y no te lances a comprar solo porque te parezca barato. Los chollos en estos casos suelen terminar saliendo caros, si en un futuro descubrimos que el suelo adquirido no es en realidad lo que nos vendieron…
¿Tienes dudas? ¿Necesitas asesoramiento ante una próxima operación? En VELCASA no solo podemos ayudarte en esto, también disponemos de una enorme cartera de suelos a tu disposición. ¡Consúltanos!