Caminando hacia el colapso

 

Qué maravillosos días aquellos en los que el sol brillaba radiante y todo relucía. Años y años donde la luz del astro rey iluminaba a empresarios, banqueros y políticos a la hora de hacer inversiones y tomar decisiones en el sector inmobiliario. La suave brisa soplaba a favor de un sector donde “los precios nunca bajan”.

Pero, de repente un día, aparecieron unas pequeñas nubes en el horizonte y desde entonces, como todos saben, cada vez el horizonte se divisa cada vez más oscuro. Los seres humanos tenemos un problema a la hora de prever el futuro y es que lo hacemos basándonos en lo pasado, con lo cual el riesgo de equivocarse al intentar adivinar lo que va a suceder es más elevado.

Quizás lo previsible después de una borrasca como la que estamos sufriendo, sería que comenzase a clarear, ya que es lo que ha pasado siempre, aunque desde la atalaya en la que nos encontramos y tal como vemos el mercado y a los agentes, algo no funciona, caminamos de forma silenciosa hacia el colapso.

El stock acumulado de viviendas de segunda mano, obra nueva, promociones en curso y suelos sigue aumentando, el sistema de alquiler no está estructurado, el sistema financiero como “financiador” es inexistente, las medidas de la administración son, a fecha de hoy, escasas y tenemos un mercado de enorme rigidez.

Hay que tomar la iniciativa y vamos con retraso, si no nos ponemos todos a trabajar ya y de forma coordinada habrá que ir pidiendo sitio a Noé en su arca.

¿Qué medidas creéis que son las más oportunas para evitar el colapso?

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